sábado, octubre 03, 2009

tarot y chakras

El tarot y los chakras

Podemos encontrar una relación entre los arquetipos y los chackras principales.
Chakra en sanscrito significa “rueda”. Encontramos el primer vínculo entre el tarot y los chakras en “La Rueda de la Fortuna”, esta se relaciona con el tiempo cíclico, las distintas experiencias por las que tiene que atravesar el hombre a lo largo de su vida para conquistar su iluminación y tal como lo interpretarían los hinduistas y budistas las distintas encarnaciones del hombre antes de conquistar el atman y/o nirvana.
El primer chakra que se encuentra en la base de la columna vertebral es nuestro arraigo a la tierra. Nos conecta con el deseo de vivir en plenitud, el disfrute de los aspectos materiales de la existencia. Si este chakra está armonizado somos dadores y sostenedores de la vida, nos nutrimos a nosotros mismos y a los demás, cuidamos nuestro cuerpo, confiamos en la abundancia. Se puede relacionar este chakra con “La Emperatriz”, el arquetipo de la Madre nutricia y también de la mujer emprendedora, conciente de la belleza de la vida. Si este centro está desarmonizado nos volvemos apegados, inseguros, miedosos, retenemos lo que creemos que nos pertenece: afectos, dinero, etc. En cuanto al tarot refleja la sombra de La Emperatriz: la Madre devoradora que retiene a su hijo.
El segundo chakra, el sexual, se relaciona con nuestra capacidad para encontrarnos con el sexo opuesto y desarrollar nuestra creatividad. Si este centro está armonizado nos volvemos flexibles, intuitivos, sensoriales. Si no lo está somos dependientes emocionalmente ya que buscamos “completarnos” proyectando en el otro todo cuanto creemos que nos falta, no hay claridad en el pensamiento sino confusión y fobias. En el tarot lo podemos relacionar con “La Sacerdotisa” que representa a las diosas de la sexualidad y la fertilidad. Ella es misteriosa, intuitiva, creativa. En sombra se vuelve excesivamente emocional, confunde realidad con fantasía, se desvincula del sexo opuesto, se vuelve inalcanzable.
El tercer chakra, el centro del poder personal, nos da el coraje de plantarnos en la vida. Si este centro opera en desarmonía nos volvemos autoritarios, avasallantes. En el tarot lo relacionamos con “El Carro”, el guerrero que parte de su comunidad en busca del destino. En sombra este arcano atropella a los demás, se vuelve temerario, agresivo, destructivo.
El cuarto chakra, el centro del corazón nos conecta con el amor incondicional. Si funciona desarmónico nos volvemos fríos, apartados del resto de la humanidad. En el tarot lo podemos relacionar con “La Estrella” y “La Templanza”. La Estrella se siente una con la humanidad y comienza a trabajar para aquella, La Templanza con su energía sanadora se relaciona con el amor y el cuidado del alma.
El quinto chakra, el laríngeo se relaciona con la capacidad de comunicación a través de la palabra, bloqueado este centro trae dificultades de expresión, y a un nivel más profundo incapacidad para expresarnos con “nuestra propia voz” así como también el uso de la palabra para fines egoístas y oscuros. En el tarot lo podemos relacionar con “El Mago” quien con su vara interrelaciona el cielo y la tierra, con el don de la palabra crea y manifiesta en tierra lo ya creado previamente. En sombra El Mago es el manipulador, el estafador.
El sexto chakra, el tercer ojo, nos da intuición y visión interior, los opuestos se unen finalmente en este chakra para comprender en el séptimo centro que todo lo que existe es una ilusión. Bloqueado este centro nos vuelve superficiales, irritables, dubitativos, duales. En el tarot lo podemos relacionar con “El Ermitaño”, el sabio que lleva en sus manos una lámpara, se aparta del mundo de la dualidad y conecta con su luz interior. En sombra este arcano se vuelve huraño o es el gurú que manipula y ejerce un control perverso sobre sus seguidores.
El séptimo chakra es nuestra conexión con lo divino, con la creación entendida como un todo, con nuestra propia divinidad. En el tarot lo relacionamos con El Mundo, la conquista de nuestro self, de nuestro yo sagrado.
Así hemos visto cómo cada centro energético simboliza una pauta evolutiva que el ser humano tiene que desarrollar – tal como ocurre con el tarot - a los fines de que la energía se vaya sutilizando desde el primero hasta el último para así lograr que nuestro sistema energético funcione correctamente y podamos iluminar nuestra conciencia.

nota publicada en la revista "El Umbral" mayo de 2009