jueves, octubre 22, 2009

reyes - caballeros

A las figuras de la corte en los arcanos menores tambien las podemos relacionar con el anima y el ánimus, siendo los reyes y caballeros representativos del arquetipo masculino y las reinas y sotas del femenino.
El rey instalado en su trono simboliza en la lectura de una mujer un animus muy desarrollado siendo su energía asentada, estable, sugiere madurez, también puede representar un hombre presente en su vida o a manifestarse. Hay que tener en cuenta con que cartas sale acompañado el arcano para saber si estamos frente a un animus sombrio o luminoso.
Los reyes-caballeros de espadas (aire) y bastos (fuego) simbolizan las funciones del pensamiento y de la intuición respectivamente.
El Rey de Espadas: representa la función del pensamiento, la comunicación, la oratoria, la sabiduría que se manifiesta mediante la palabra, la capacidad de lucha. Se relaciona con El Emperador en su faceta combativa y defensiva quien tambien esta sentado en un trono sosteniendo una espada.
Si el consultante es un hombre la aparición de esta carta nos indica que es una persona segura, estable, muy conectada con su función intelectual. Si por el contrario la consultante es una mujer posee un animus que tiene una gran preponderancia en su inconsciente lo que le da gran capacidad de discriminación, oratoria, liderazgo, talento para lo comunicacional aunque nos puede hablar de severidad, rigidez, frialdad, ejercicio del poder mediante la palabra.
El Caballero de Espadas: como todo caballero representa un animus joven, impetuoso. Puede simbolizar novedades, noticias, llamados, comunicaciones. Se relaciona con El Mago en su faceta de intercomunicador, mediador. Nos indica una personalidad que puede herir con la palabra, cuyo medio de defensa frente a las heridas sufridas en el pasado es la ironía, la agresión verbal, la función sentimental está en sombra, se defiende frente a lo afectivo. Aqui el aspecto oscuro no es tanto la severidad y rigidez como en el caso del rey sino la capacidad de lastimar en muchos casos en forma inconsciente y de desconectarse emocionalmente.
Rey de Bastos: indica un gran desarrollo de la función intuitiva. Se relaciona con El Hierofante, en tanto maestro espiritual, en su constante búsqueda de sentido. Es el hombre que inspira, es modelo de vida y de conducta para los demás. El aspecto oscuro puede estar dado por el fanatismo y el dogmatismo.
Caballero de Bastos: aquí la impetuosidad está en su máxima expresión. Puede simbolizar noticias relacionadas con proyectos creativos, laborales, que entusiasmen. Se relaciona con el principe que conduce El Carro (arcano VII) lanzándose a la aventura. Nos indica una personalidad entusiasta, fertilizadora, pionera, líder, generosa, narcisista, es el arquetipo del héroe, del guerrero. El aspecto oscuro está dado por el exceso de energía, la temeridad, el creerse omnipotente. Se puede relacionar también con el puer aeternus que plantea Hillman.
Rey de Copas: su elemento es el agua, aqui en principio, el rey ha integrado su función del sentimiento siendo esta equilibrada. El universo masculino, su liderazgo se suaviza con las características nutricias, protectoras, compasivas de lo femenino. Es el padre amoroso, contenedor.
Caballero de Copas: estamos frente a un animus que puede integrar lo femenino, la función del sentimiento, pero aún el mundo de las emociones invade la conciencia. Las noticias aquí están relacionadas con propuestas afectivas, encuentros, festejos. Nos indica una personalidad sensible, intuitiva, empática. Es el arquetipo del artista, del místico, del mártir. En cuanto a sus aspectos oscuros se relaciona con el Joven Enamorado en tanto puer aeternus, dependiente, demandante afectivamente, tomado por el complejo materno de acuerdo al modelo que propone Von Franz. Al proyectarlo en el exterior la mujer se relaciona con hombres somnolientos, evasivos.
Rey de Oros: Representa al Emperador en su faceta constructiva. Es el señor feudal. Resalta la capacidad de concretar proyectos materiales. Es una energía muy estable, en la que se combina la solidez del rey y del elemento tierra del oro. En su aspecto oscuro puede faltarle visión. Su satisfacción está limitada a lo concreto, lo tangible.
Caballero de Oros: la energía de este caballero tiende a ser estable. Se conecta con la capacidad para concretar materialmente los proyectos, proteger, nutrir. Puede indicar novedades de tipo económico, inmobiliario, creatividad y agilidad en los negocios en general. Se relaciona con la habilidad de El Mago de materializar algo de la nada, mucha capacidad de trabajo, productividad. En cuanto a su aspecto oscuro puede haber avaricia, mirada corta, poca visión. Al proyectarlo en el exterior la mujer elige hombres con los pies en la tierra, ambiciosos, creativos, capaces de llevar a cabo sus proyectos.

lunes, octubre 19, 2009

caballo



Es un animal ctónico y uránico.
Por un lado se asocia a las tinieblas, es hijo de la noche y del misterio, el caballo arquetípico es portador de la muerte y del misterio ligado al fuego destructor y triunfador como así también al agua y a la luna.
Es el compañero del héroe en su trayecto hacia la luz. Su destino es inseparable de lo humano, el es su vehículo, su navío. Durante el día el hombre conduce, por la noche cuando la visión del hombre disminuye es el caballo el que se torna guía y vidente.
Es el instinto controlado, sublimado.
El sacrificio de los caballos en la antiguedad tenia como propósito regenerar el mundo, el caballo representa el cosmos. Asimismo, es un animal psicopompo. En la Ilíada Aquiles manda a sacrificar yeguas para que conduzcan a Patrolco al Hades. Se han encontrado también tumbas de reyes enterrados junto a su caballo preferido.
El caballo es un animal importantísimo en la cosmovisión chamánica, muchos de sus accesorios se confeccionan con aquel.
La muerte es anunciada por un caballo negro. En ciertas culturas soñar con un caballo es signo de muerte para un enfermo. En la Edad Media simboliza el árbol de la muerte. En Roma se destinaban al dios de la guerra Marte. Simboliza la etapa de la juventud con su impetuosidad, ardor, deseo, y fecundidad, es un símbolo sexual.
Por otra parte se asocia al ciclo diurno del sol. Es el atributo de Apolo, el es quien conduce el carro solar. El caballo es el vehiculo por el cual el guerrero espiritual puede partir de su comunidad a realizar su tarea.
En el tarot lo encontramos en el arcano VII El Carro. Un príncipe conduce un carro tirado por dos caballos uno rojo y otro azul representando las facetas ctónicas y uránicas del mismo, quien conduce debe poder controlar ambas fuerzas.

toro

El toro simboliza potencia y fogosidad. Es el macho impetuoso y el terrible minotauro que vigila el laberinto.
En Grecia eran los animales de Poseidón, el dios de los mares. También se asociaba el toro a Dionisios, dios de la fertilidad fecunda. El toro fertiliza la tierra, su semen y su sangre la fecundan. El es símbolo soporte de la creación. Es un animal primordial. Simboliza también la regeneración.
Posee un aspecto lunar interesante. En Egipto la divinidad de la luna era el toro de las estrellas. El toro con su pelaje oscuro representa la noche. Sus cuernos simbolizan la media luna. Desde el punto de vista astrologico la luna esta exaltada en el signo de Tauro representado por el toro.
En la antiguedad el sacrificio del toro era una práctica común siendo la antesala de las corridas de toros que aún tienen lugar en nuestros días. Desde el punto de vista junguiano los animales representan fuerzas instintivas que existen en nosotros y que tenemos que aprender a integrar. El matador de toros realiza una danza con el animal y finalmente lo vence, le da muerte. Ejerce un dominio externo sobre la bestia que simboliza la sublimación de lo instintivo, la luz de la conciencia triunfando sobre la oscuridad del inconsciente. La corrida de toros representa esa lucha, sensual, terrible, peligrosa, esa danza ritual en la que la muerte es la principal invitada.
En el tarot encontramos al toro en la última carta de los arcanos mayores, El Mundo. Representa aquí la función "perceptiva", la capacidad para apreciar el mundo con los sentidos, de conectarnos con lo material y poder modificar la realidad mediante acciones concretas.

el aguila

Animales en el tarot - dimension simbolica
El aguila está presente en los escudos que portan tanto La Emperatriz como El Emperador.
Símbolo celeste y solar a la vez. Es la reina de las aves del cielo asimilable al león en la tierra. Simboliza la ascension, la iluminación y al propio Cristo en ciertas obras de arte originarias de la Edad Media. Es el pájaro iniciador que lleva al alma de los chamanes.
Representa a la realeza, al rey, al gobernante, al emperador como portador de la luz, es el emblema del imperio romano, el ave soberana.
Otro aspecto es su capacidad de regeneración, es el ave Fénix que resurge de sus propias cenizas. Es un pájaro tutelar y mensajero de los dioses. El representa la plegaria de los hombres y quien le lleva la respuesta del cosmos.
Es un símbolo paterno, yang. Trae la luz y la iluminación.
En su aspecto oscuro es el ave rapaz, cruel, devoradora, simboliza la perversión del poder.
En La Emperatriz el águila hembra representa su costado yang y también la faceta devoradora de lo femenino, la "madre terrible". En El Emperador reafirma su relación con el arquetipo paterno, el Padre como libertario pero también como tirano.

martes, octubre 13, 2009

la metodologia de Jung en el tarot

Dice Robert Wang en su libro “El tarot junguiano” que Jung fue uno de los pensadores más originales del siglo XX. Su postulación acerca del inconsciente colectivo generó una escuela de psicología moderna que ha sido muchas veces cuestionada aunque nunca ignorada. Afirma también que la teoría de Jung establece que la psiquis es una totalidad que se divide en dos grandes áreas: el ego conciencia y el inconsciente. El ego conciencia es nuestro yo, aquello que creemos ser en función de nuestra historia personal, nuestra educación, los mandatos, lo que nos enseñaron a “ser”, la conciencia de nuestra individualidad que nos conecta con la ficción de creer que estamos separados del todo. El ego se apoya en la máscara que es aquello que le mostramos al mundo y que en general mucha gente cree ser, la máscara nos permite escondernos de los demás, y es necesaria para enfrentar el día a día, mientras no se nos haga carne al punto que no podamos saber donde empieza y dónde termina. El inconsciente personal, la “sombra” está compuesta por nuestros “complejos”. Además de ese inconsciente personal existe otro inconsciente que hace frontera con aquel. Cada ser humano comparte lo que él denominó el “inconsciente colectivo”. A diferencia del inconsciente personal este es heredado, y está formado por lo que él denominó “arquetipos” que son patrones conformados por la humanidad. El número y la forma de estos arquetipos, creados por la experiencia humana, es ilimitado. Pueden aparecer como personalidades específicas, como aquellas sugeridas en las imágenes arquetípicas de las cartas del tarot, o pueden ser situaciones o lugares. Los arquetipos son concebidos como algo profundamente enterrado en cada persona que en suma conforma al inconsciente colectivo ya que cuando estos arquetipos entran en la conciencia individual, toman el color y el tono de la personalidad que la percibe. El principio es que cada persona tiene en sí misma, por ejemplo, una idea de “madre” o “padre”, que no es puramente individual, sino que ha sido construida por siglos como un concepto determinado socialmente, y con el cual la interacción con la madre y del padre actual está relacionada. En el tarot el arquetipo de la madre se ve en La Emperatriz. Ella es la Hera de la mitología griega.
En su pensamiento, Jung destaca el concepto de “polaridad”, ying y yang como inherente al mundo de los hombres. Concibe una existencia bipolar, de opuestos complementarios no excluyentes, de tal modo que la luz contiene oscuridad y la oscuridad luz respectivamente. A partir del momento en que Adán y Eva son expulsados del Edén, ese instante en que el estado de totalidad representado por el paraíso cesa por elección de nuestros ancestros, surgen los opuestos. Adán y Eva se contemplan uno al otro, se ven desnudos y sienten vergüenza. Surgen las diferencias, los opuestos: femenino-masculino. Y el hombre se siente dividido, su propio infierno se convierte en esa escisión, este dolor existencial que lo hace sentirse solo y separado de todo, tal como lo describe Erich Fromm en su libro “El arte de amar”. La cuestión principal en la psicología junguiana es lograr la reconciliación de las dualidades en el individuo, a través del camino de individuación que en definitiva van a unirse en su self. Las dualidades existentes en cada persona, son representadas a través de los más diversos símbolos en los distintos mitos y leyendas, tales como masculino y femenino, sol y luna, luz y oscuridad, blanco y negro, oro y plata, conciente e inconsciente, en definitiva se corresponden con estados de conciencia. Es por este motivo que para ser consecuentes con el pensamiento junguiano no utilizamos las cartas invertidas. Otra de contribuciones fundamentales de la teoría de Jung fue su postulado respecto a que cada hombre posee en su inconsciente personal una personalidad femenina (Anima) y que cada mujer tiene también en su inconsciente una personalidad masculina (Animus). Estos son los opuestos que uno debe esforzarse por resolver y que son trasladados a mujeres y hombres de carne y hueso en los que se proyectan estos aspectos de la psiquis. En la medida en que cada hombre se “una” a su lado femenino, lo integre a su masculinidad, se integre a sí mismo, podrá tener vínculos más sanos y más evolucionados con mujeres de carne y hueso, dejará de guiarse por meras proyecciones, y entablará vínculos reales. El mismo criterio se aplica a las mujeres en relación con su ánimus.
En realidad el ánima y el ánimus forman parte de los arquetipos de la Madre y del Padre, ya que ambos son construidos en la psiquis humana a partir de los vínculos que se hayan forjado con la madre y el padre biológico. Las imágenes del tarot se relacionan con estos arquetipos.
Es interesante el análisis que hace Robert Wang con respecto a que el tarot puede ser entendido como una descripción de diversas acciones relativas a la integración de los opuestos –como sea que sean llamados- energía y forma, masculino y femenino, en el Self. Teóricamente, el Loco (Espíritu) crea El Mago (El primer principio masculino), de quien emerge La Suma Sacerdotisa (el primer principio femenino). Se entiende que todas estas cartas muestran estos opuestos con diferentes vestimentas (en diferentes niveles y en diferentes situaciones). Afirma también que hoy la metodología de Jung señala el camino hacia un entendimiento directo de las imágenes de las cartas como condiciones psicológicas y experiencias personales. Encarar el estudio del tarot con esta mirada enriquece la lectura, en tanto podemos comprender mejor qué patrón psicológico se encuentra presente, qué arquetipo está activo o por el contrario tiene que ser integrado.
¿En qué nos basamos entonces para interpretar el oráculo? En el concepto junguiano de la sincronicidad para explicar cómo funciona el mismo. La sincronicidad consiste en la unión trascendental de dos hechos que aparentemente parecen desligados y que sin embargo, conforman una unidad física y psíquica. El hecho de extraer una carta es un hecho físico, el problema, la consulta es un hecho psíquico, el momento en que se extrae una carta y la situación determinada comparten la misma esencia por ende el significado arquetípico de la carta nos va dar la respuesta a la inquietud que se plantea. Marie von Franz en su libro “Adivinación y Sincronicidad” explica muy claramente este fenómeno. Entonces la interpretación se enriquece, no se trata ya de predecir tal o cual situación externa que deja a la persona en un lugar de dependencia con respecto al afuera, sino de conocer cuál es la cualidad energética del momento en el que nos encontramos, cualidad que tiene que ver con su propio mundo interior, y obviamente la interacción de ese mundo con el afuera. Ese conocimiento le va a servir a la persona para poder tomar mejores decisiones.
Otro concepto interesante de la teoría de Jung es la relación entre los cuatro elementos de la naturaleza y los tipos psicológicos. Muchas culturas hacen referencia a los cuatro elementos en distintos mitos y leyendas, en los textos de la Alquimia también se hacen presentes. En realidad los cuatro elementos (agua-aire; tierra-fuego) representan dos pares de opuestos que no son más que condiciones psíquicas, o dicho de otra manera formas de filtrar las experiencias. Jung habla de función superior y función inferior. Todos contamos con las funciones psíquicas en nuestra psiquis, sin embargo en general hay una función que es predominante y por ende su función opuesta se encuentra en detrimento. El aire y el agua son elementos opuestos. El aire se corresponde con el pensamiento lógico-matemático, mientras que el agua se relaciona con el mundo de las emociones. Una persona “pensante” filtrará las experiencias de la vida con su mente, “piensa” luego “siente”, le cuesta por ende conectar con sus propias emociones y sentimientos, por el contrario la persona “sentimental” filtra a través de su sentir, y su pensamiento queda en segundo lugar. En el tarot vamos a hacer referencia a los elementos de cada uno de los arcanos, esto nos va a ayudar a poder entender mejor su cualidad energética.

El Mundo anima mundi

Fin del ciclo, los opuestos se reúnen en el self representado por el ser andrógino que actúa una danza creadora de un nuevo tiempo.
Atman, nirvana, iluminación. Conquista del self.
Las cuatro funciones psíquicas (pensamiento-sentimiento; percepción - intuición) están integradas, en armonía. El ser conecta en forma sana con el inconsciente colectivo desde su individualidad previo desplazamiento del ego como centro de su aparato psiquico.
La mandorla de laureles que roda la figura simboliza el infinito, el eterno retorno, al mismo tiempo genera un círculo protector. Reconocimiento del entorno. Sabiduría. Armonía. Paz. Libertad.

lunes, octubre 12, 2009

arquetipo femenino y tarot



Existen varios arcanos que encarnan el arquetipo femenino en el tarot. Sin embargo, se puede armar una trilogia con La Sacerdotisa, La Emperatriz y la Luna ya que representan las tres edades o facetas de lo femenino: la doncella, la madre y la anciana.
La Sacerdotisa es la mujer propiamente dicha, ella es el misterio, el "ánima" que conduce al hombre a su realización personal. Frágil como la luna creciente, prometedora, dual, mujer joven aún inconsciente del poder de lo femenino, hechicera, musa inspiradora, intuición, arte, romanticismo. Todo en ella es fertilidad, insinúa la gestación de algo que aún no tiene forma pero que ya se intuye. Es Isis, Ishtar, Astarté. Se relaciona con el agua, el mundo de las emociones. Se corresponda con la etapa posterior a la menstruación, momento en que la mujer se siente liberada, dueña otra vez de su cuerpo y de su vida.
La Emperatriz es la mujer creadora, la madre, la luna llena, terrena, fecunda, rebosante. Se relaciona con la tierra que da fruto. Ella es la sal de la tierra, el jardín que desborda fertilidad, la señora del hogar. Es Hestia, Hera, Juno, la mujer en su mediana edad, ya más consciente del poder de lo femenino, en contacto con la función de dar vida, que pueden ser tanto hijos biológicos como creaciones. Se corresponde con la etapa de la ovulación, momento en que la mujer se vuelve más empática, contenedora, receptiva a las energías amorosas.
La Luna es la anciana. Es Hécate, temida, respetada, sabia, clarividente, capaz de ver pasado, presente y futuro. Es la noche oscura, creativa, profunda. Representa la posibilidad de conectarse con la anciana sabia o con la bruja, con la integración de los distintos aspectos de lo femenino o la locura. Se corresponde con la etapa de la menstruación momento en que la mujer está más receptiva a las energías sutiles, conectada con la energía del fin de un ciclo, preparándose internamente para uno nuevo, irritable, susceptible, necesitada de silencio.
Otros arcanos representan otros arquetipos que integran lo femenino:
La Justicia
La Fuerza
La Templanza
La Estrella

Union de los opuestos Como vimos La temática del ánima esta presente en el tarot en varios momentos. Se entiende por "anima" a la imagen interna que tiene el hombre del universo de lo femenino, construcción que se forma a partir de la madre y que forma parte de su inconsciente personal.
En cuanto a la unión de los opuestos, en el Joven Enamorado, la escena es protagonizada por un hombre que se debate entre dos mujeres: la madre, que simboliza los mandatos sociales, culturales, familiares, y el "anima" encarnada en la mujer joven. El ángel señala el camino del anima, representa el "llamado" a la unión de los opuestos que se aún encuentran divididos. En el Diablo la figura androgina se presenta en forma grotesca, los opuestos no están debidamente integrados, En El Sol los opuestos (los dos niños) se unen bajo un sol protector que irradia desde el cielo, hay armonía, juego, vitalidad. En el Juicio el hombre que resucita de la tumba se reune con su ánima, representada por la figura de la mujer y con un anciano que representa su sabiduría. Finalmente en El Mundo la figura que baila deviene andrógino, los opuestos están unidos en armonía al igual que todas las funciones psíquicas, representando así un nuevo estado de conciencia.

sábado, octubre 03, 2009

chamana interior

La chamana interior

En uno de mis últimos talleres de tarot junguiano una de mis alumnas me contaba sus sueños, ya que parte del trabajo en el curso consiste en anotar los mismos y ver qué relación tienen con los arquetipos que vamos viendo a lo largo del curso. Los sueños eran verdaderamente increíbles. El que quiero compartir aquí es uno que me pareció muy revelador.
Mi alumna, una psicoanalista de mediana edad se sentía un poco abrumada con los nuevos conocimientos. Sentía que alejarse un poco de Freud para acercarse a Jung le generaba cierta inquietud. Yo intentaba estimularla, darle tranquilidad. Sus sueños revelaban que estaba en el camino correcto, no sería fácil, pero era necesario ampliar su mirada.
En varias oportunidades soñó con una anciana que se sentaba a su lado en caminos pedregosos, desérticos, paisajes que recordaban a Bolivia, la mujer simplemente la acompañaba sin decir palabra. Era una especie de indígena, parecía una mujer sabia. La anciana aparecía siempre en sus sueños de la misma manera. Un día me comentó que sentía que la mujer la acompañaba en su vida diaria, se sintió algo asustada. Le expliqué que no tenía porqué preocuparse, cuando trabajamos con los arquetipos estos se activan en nuestro inconsciente y de alguna manera los hacemos conscientes. Evidentemente, este arquetipo tenía un mensaje para ella, algo quería decirle. Le dije. “Tenés que reencontrarte con tu chamana interior”. Le propuse entonces un ejercicio que utilizaba Jung con sus pacientes, la imaginación activa. En la tranquilidad de su casa tenía que cerrar los ojos y conectarse con la chamana, verla tal cual se le había aparecido en los sueños, luego de hacer conexión iba a preguntarle si quería transmitirle algo, con el corazón abierto, en estado de meditación estaría abierta a recibir el mensaje.
Me quedé pensando en el ejercicio, me preguntaba qué resultaría de todo esto. Sin embargo, estaba segura que el resultado sería productivo, mi alumna era una mujer con una gran conexión con su alma y por otra parte, su intuición también le decía que había algo importante a descubrir.
En la siguiente clase me comentó que había realizado el ejercicio. Conectó con la imagen de la anciana y apenas lo hizo empezó a escribir sin parar hasta que perdió la noción del tiempo. En un tono casi poético su chamana le pedía que siguiera en este camino de auto-descubrimiento, que atravesara su desierto interno con esperanza, que siguiera su estrella en medio de la noche, que tenía que ser como Arica, la ciudad de la eterna primavera (el nombre de la ciudad era desconocido para ella, supo de aquella en internet). Amor, sanación, sabiduría, regeneración, esos eran los ejes del mensaje. Mientras lo leía en medio de la clase se emocionaba y yo con ella. De alguna manera sentí que el mensaje también era para mi alma, no para mi ego. Di gracias por este regalo, por la posibilidad de ser yo también la compañía de los otros en sus desiertos, en la búsqueda de su propia luz.

tarot y chakras

El tarot y los chakras

Podemos encontrar una relación entre los arquetipos y los chackras principales.
Chakra en sanscrito significa “rueda”. Encontramos el primer vínculo entre el tarot y los chakras en “La Rueda de la Fortuna”, esta se relaciona con el tiempo cíclico, las distintas experiencias por las que tiene que atravesar el hombre a lo largo de su vida para conquistar su iluminación y tal como lo interpretarían los hinduistas y budistas las distintas encarnaciones del hombre antes de conquistar el atman y/o nirvana.
El primer chakra que se encuentra en la base de la columna vertebral es nuestro arraigo a la tierra. Nos conecta con el deseo de vivir en plenitud, el disfrute de los aspectos materiales de la existencia. Si este chakra está armonizado somos dadores y sostenedores de la vida, nos nutrimos a nosotros mismos y a los demás, cuidamos nuestro cuerpo, confiamos en la abundancia. Se puede relacionar este chakra con “La Emperatriz”, el arquetipo de la Madre nutricia y también de la mujer emprendedora, conciente de la belleza de la vida. Si este centro está desarmonizado nos volvemos apegados, inseguros, miedosos, retenemos lo que creemos que nos pertenece: afectos, dinero, etc. En cuanto al tarot refleja la sombra de La Emperatriz: la Madre devoradora que retiene a su hijo.
El segundo chakra, el sexual, se relaciona con nuestra capacidad para encontrarnos con el sexo opuesto y desarrollar nuestra creatividad. Si este centro está armonizado nos volvemos flexibles, intuitivos, sensoriales. Si no lo está somos dependientes emocionalmente ya que buscamos “completarnos” proyectando en el otro todo cuanto creemos que nos falta, no hay claridad en el pensamiento sino confusión y fobias. En el tarot lo podemos relacionar con “La Sacerdotisa” que representa a las diosas de la sexualidad y la fertilidad. Ella es misteriosa, intuitiva, creativa. En sombra se vuelve excesivamente emocional, confunde realidad con fantasía, se desvincula del sexo opuesto, se vuelve inalcanzable.
El tercer chakra, el centro del poder personal, nos da el coraje de plantarnos en la vida. Si este centro opera en desarmonía nos volvemos autoritarios, avasallantes. En el tarot lo relacionamos con “El Carro”, el guerrero que parte de su comunidad en busca del destino. En sombra este arcano atropella a los demás, se vuelve temerario, agresivo, destructivo.
El cuarto chakra, el centro del corazón nos conecta con el amor incondicional. Si funciona desarmónico nos volvemos fríos, apartados del resto de la humanidad. En el tarot lo podemos relacionar con “La Estrella” y “La Templanza”. La Estrella se siente una con la humanidad y comienza a trabajar para aquella, La Templanza con su energía sanadora se relaciona con el amor y el cuidado del alma.
El quinto chakra, el laríngeo se relaciona con la capacidad de comunicación a través de la palabra, bloqueado este centro trae dificultades de expresión, y a un nivel más profundo incapacidad para expresarnos con “nuestra propia voz” así como también el uso de la palabra para fines egoístas y oscuros. En el tarot lo podemos relacionar con “El Mago” quien con su vara interrelaciona el cielo y la tierra, con el don de la palabra crea y manifiesta en tierra lo ya creado previamente. En sombra El Mago es el manipulador, el estafador.
El sexto chakra, el tercer ojo, nos da intuición y visión interior, los opuestos se unen finalmente en este chakra para comprender en el séptimo centro que todo lo que existe es una ilusión. Bloqueado este centro nos vuelve superficiales, irritables, dubitativos, duales. En el tarot lo podemos relacionar con “El Ermitaño”, el sabio que lleva en sus manos una lámpara, se aparta del mundo de la dualidad y conecta con su luz interior. En sombra este arcano se vuelve huraño o es el gurú que manipula y ejerce un control perverso sobre sus seguidores.
El séptimo chakra es nuestra conexión con lo divino, con la creación entendida como un todo, con nuestra propia divinidad. En el tarot lo relacionamos con El Mundo, la conquista de nuestro self, de nuestro yo sagrado.
Así hemos visto cómo cada centro energético simboliza una pauta evolutiva que el ser humano tiene que desarrollar – tal como ocurre con el tarot - a los fines de que la energía se vaya sutilizando desde el primero hasta el último para así lograr que nuestro sistema energético funcione correctamente y podamos iluminar nuestra conciencia.

nota publicada en la revista "El Umbral" mayo de 2009

viernes, octubre 02, 2009

la emperatriz - luna llena

Ella es la madre universal, la madre tierra que sustenta, nutre, contiene. Es la mujer que es capaz de defender la vida, sean sus hijos o sus creaciones. Es la luna llena, vital, luminosa, fecunda.
Emprendedora, creativa, luchadora puede volverse apegada a su creación, hacerla propia, fagocitarla.
Su jardín desborda fertilidad, como todo principio creativo necesita del caos para fluir con su creatividad. Así como El Loco necesitaba de El Mago para canalizar la creación, ella necesita que alguien aporte "orden", límites. Su misión consiste en fructificar la vida ilimitadamente, será entonces El Emperador quien ordene su jardín.

jueves, octubre 01, 2009

el circuito evolutivo de los arcanos mayores

(El Loco)
El tarot es un camino de evolucion de la conciencia asimilable al esquema que propone el zodiaco. Del Loco al Mundo se cierra un ciclo evolutivo al igual que ocurre con relación a Aries- Piscis. Es un esquema circular, un ouroboros.
El Loco es el cero y el veintidos, se ubica en el comienzo y también en el final del ciclo, lo abre y lo cierra, su energía es dispersa, caótica, él es el big-bang del comienzo de los tiempos, la energía creativa y creadora. Su estado de conciencia es primitivo, no puede haber registro del otro porque todo está en sus comienzos. Prevalece el entusiasmo, el juego, la alegría, en este contexto todo es posible y realizable. No hay conciencia del peligro simbolizado por el precipicio en el tarot marselles. El mundo se despliega a los ojos de El Loco como un universo lleno de posibilidades.
Sin embargo, es necesario canalizar esta energia para que no se pierda, no se disperse. El Loco sabe que no tiene esa capacidad, su mision es otra, se incorpora a este esquema El Mago, el alquimista, el comunicador, el iniciador.